martes, 24 de noviembre de 2009

Mi hermano mayor, Jose Roca

Ustedes se preguntarán, ¿porqué le llama hermano si sus apellidos demuestran lo contrario? Mi contestación es evidente, a pesar de estar sujeto a  mi condición de hijo único, a día de hoy, este gran individuo -lo de gran va por complexión, por intelecto y por valores-, ejerce las labores de hermano mayor, ese hermano que nunca tuve. Por culpa de nuestros trabajos casi no coincidimos, aun y así, es la persona que mejor se compenetra conmigo en cuanto filosofía y forma de ver la pesca, quien me aconseja, quien me hace callar la boca en más de una ocasión, quien me ayuda a configurar las posibles teorías sobre la movilidad de los peces y sus costumbres. No solo eso nos une, además, tiene las mismas obsesiones y objetivos que el narrador, los dos seguimos la misma cruzada en pos del carángido, túnido o morónido de ensueño. Para más inri, nuestras espectativas, cómo no, siempre van enfocadas a la pesca top-water, buscando esa explosión, esa persecución o ese parón que se grabará perpetuamente en nuestra memoria, siendo la captura y suelta nuestra directriz principal, casi no nos llevamos peces.


Le conocí hace tres temporadas, en verano del 2007, fue la última incorporación del Kalima Team. Me lo presentó un vecino de pantalán  llamado Héctor, que vivía en un velero, hábil carpintero y guitarrista de flamenco excepcional. El primer día que nos vimos organizamos una barbacoa en el velero del amigo Héctor; tras una larga charla sobre llobarros ( lubinas ), ya habíamos preparado una salida a dos días vista. Tras aquella primera incursión al Mediterraneé con Jose a bordo, las salidas se sucedieron, y cómo no, las capturas fueron afianzando más y más nuestra preparación y la coordinación el uno con el otro; coordinación necesaria para elevar el índice de peces embarcados. Una coordinación no exhenta de nuestro humor particular, que solemos compartir con quienes vamos de pesca, quienes ya están habituados a escuchar motes como rata, zeta-clan, minor, croqueta, maraca, y otros tantos que podrían configurar perfectamente un diccionario propio y genuino. En definitiva, nos gusta "rebautizar" los nombres de peces, señuelos y demás jerga propia de los pescadores. Por ejemplo: "rata" es el sustantivo que usamos para designar a la anjova, conocida también como tallahams, lirio, pejerrey, golfar, dorado o chova, según la región geográfica recibe un nombre u otro.


Desde que nos conocemos no hemos parado de pescar a superficie, en pos de cualquier especie, de hecho, en los averíos ya no usamos casting-jigs, siendo la lubina, la anjova y el palometon nuestras especies preferidas, junto los bonitos, las lampugas y las tunas, que no de fiestas de boda, me refiero a esos colosales peces de lomo oscuro con aires de torpedo, únicos por su fuerza, velocidad y potencia. Tan sólo usamos los jigs en invierno para pescar a jigging, y en contadas ocasiones estivales para pescar a jig-casting, cuando la meteorología no es adecuada para pescar a superficie y los peces se encuentran en capas de agua más profundas o, puntualmente, cuando se trata de tunas alimentándose de micro talla. Somos así de cabezones, preferimos el bolo extremo al jurel con jig, si bien esta cabezonería y este empeño en usar solo señuelos superficiales nos ha obligado a  aprender de todos los fracasos para minimizar el índice de bolos a lo largo del año. En invierno, cuando vamos a la lubina, solemos traicionar nuestra fe ciega y acabamos supliendo el paseante por un minnow, un vinilo o un jerk-bait, no sin antes pasar varias horas con el wtd o el slidding, hasta convencernos que esa no es la mejor alternativa, si bien, en ocasiones es la única infalible, aun con agua muy fría, pero en otras nos lleva a cambiar de muestra.


Siguiendo en la linea de invierno, en breve nos veremos inmersos en bajas presiones, emparejadas con bajas temperaturas y mares revueltas. Si el mar lo permite, seguiremos usando los stickbaits, pero cuando el temporal azote las piedras no nos quedará más remedio que volver a nuestro spinning ancestral con minnow, aunque usar unos bucktails del amigo Jurela's tambien son una opción más que acertada, ahora me acabo de acordar que tengo que hacerle un pedido desde hace unos meses. El tiempo ha pasado y ya pronto los necesitaremos, habrá que meterse prisa y hacer el pedido pertinente si no queremos seguir con los peces nadadores. Mientras tanto, nos queda algo de tiempo para disfrutar del squid fishing, tontear con el jigging local, e intentar aprovechar la climatología más bien moderada para seguir pescando como a nosotros más nos gusta: a superficie. Una cosa tiene bien clara el grandote de Jose, y es que si puede pescar a superficie, va a seguir haciéndolo, aunque la sombra del jigging y los cefalópodos tambien le persigue-no es el único-, pero todo se andará, por fin tenemos plotter y sonda decente, herramientas con las que antes no contábamos.

El amigo Héctor en el primer día con Jose a bordo. Si no hubiera sido por él nunca hubiera conocido al que hoy es uno de mis mejores amigos.

2 comentarios:

Me voilà! dijo...

Los colegas, al final, después de todo, eso es lo que queda. Los colegas y sus neuras, complicidades, perretas y manos amigas cuando se canta peje.
Más imprescindibles que los peces.

Welcome to the blogosphere...

Angel

Cristian Rodríguez dijo...

Gracias por la bienvenida Angel, y mas gracias aún por el espacio que has dedicado en tu blog para dar a conocer este nuestro Kalima Blog.

Un abrazo.